jueves, 23 de septiembre de 2010

¿Qué es ser crossdresser?


Si nos atenemos a la etimología del término, en inglés cross cruzado y dresser vestido, significa alguien que usa vestimenta correspondiente al otro sexo.

Pero ser crossdresser es mucho más que eso.

Es experimentar sensaciones ocultos, fetiches, morbo y excitación al hacerlo.

Y aunque parezca poco creíble, no todos los varones que lo practican son homosexuales, su excitación se circunscribe al placer de sentir la suavidad de las ropas femeninas acariciando su cuerpo o a la imágen que les devuelve el espejo.

No he tenido el placer de conocer personalmente a ningún heterosexual crossdresser, por el contrario, todos los que he conocido son deliciosamente gays, pero eso no es lo más importante.

El crossdressismo tiene la particularidad que se practica en privado, secretamente y los más lanzados en pequeños grupos, donde no siempre debe terminar en la práctica de sexo.

Por eso también se puede denominar a los cross como travestis de closet.

Por lo general los crossdressers llevan una vida masculina normal, son casados, tienen hijos y su afición es sobrellevada con una culpa interior que los martiriza constantemente provocando una ansiedad incontenible que sólo se calma cuando se "producen" y disfrutan el momento.

El cross sufre además por que en afán de mantener oculto su secreto no puede, depilarse completamente o practicar determinados ejercicios para resaltar sus formar femeninas.

Obviamente, hay algunos afortunados han encontrado mujeres dispuestas a comprederlos e incluso a alentarlos y ayudarlos a ser lo más femeninas posible. Y aunque cada vez son más, distan de ser un número considerable.

Todas estas circunstancias nos diferencian de las travestis, ya que ellas adoptan su postura femenina continuamente, transformando su cuerpo con hormonas, implantes y operaciones.

Felizmente, contar con internet, cámaras y filmadoras digitales, nos ha abierto la posibilidad de compartir nuestros gustos y encontrar gente que siente y practica el crossdressismo, y también gente que no lo practica pero les atrae la idea de conocer hombres cross.

Hace no tantos años, era prácticamente imposible fotografiarse producido, salvo que tuvieras los conocimientos para revelar y copiar los negativos, pero el que pudiera hacerlo ¿qué iba a hacer con esas fotos? Romperlas, quemarlas, antes de que alguien las descubra y se pudra todo.

Ahora una puede producirse, fotografiarse, subir las fotos a la red y borrar los archivos. A los pocos minutos una legión de admiradores estará alabando lo lindas que estamos, y teniendo un poco de precaución, nuestro secreto estará a salvo eternamente, o hasta que decidamos salir del closet.

Otro de los martirios del cross casado es justamente la ropa y el maquillaje. Normalmente se toma lo que más se tiene a mano, que es la ropa de la esposa. Pero hacerlo habitualmente puede despertar sospechas, entonces una quiere tener su propia ropita, comenzando con la ropa interior, pero hay que comprarla, usarla y después hay que esconderla.

Es increíble la adrenalina que se desata con todas esas prácticas, y todas las emociones mezcladas tales como placer, culpa y temor, sobre todo el temor a ser descubiertos.

Muchas cross, compran la ropa y el maquillaje, se van a un hotel, se producen, gozan en soledad, dejan volar su imaginación hasta límites insospechados y luego tiran todo a la basura.

Dejo en claro que es imposible generalizar, cada persona es un mundo y es crossdresser porque quiere, obtieniendo el placer se serlo y manteniendo oculto su secreto de la forma que puede.

Mi participación en diversos foros y los cross que he conocido personalmente, me han permitido elaborar un perfil básico, pero repito, así como no hay dos personas iguales, tampoco hay dos cross iguales.

Del mismo modo, pienso que palabras como crossdresser, travesti, gay, hetero, lesbiana, etc. son simples etiquetas, cada cual debe hacer lo que quiera libremente siempre y cuando no lastime a otros.



A partir de esta pequeña introducción, comenzaré a contar mi historia, que como toda historia tiene momentos felices y otros tantos amargos.